Aprender, desaprender y reaprender, ¿en qué consiste?

El paso del tiempo influye en las acciones humanas, exige necesariamente la acción de aprender nuevas formas, desaprender aquellas que ya no necesitamos y reaprender las anteriores desde nuevas perspectivas, conforme a las necesidades que van naciendo. 

Es categórico que las personas durante su desarrollo, tanto personal y profesional, están en constante aprendizaje. La adquisición de nuevos conocimientos está presente en todas las etapas de la vida, sin embargo, en muchas ocasiones es necesario adaptarse a las circunstancias, encontrar el punto entre lo que todavía es de utilidad y lo que ya ha quedado desfasado, así como la incorporación de herramientas que fortalezcan lo que ya ha sido aprendido, a fin de enfrentar nuevos retos. 

Aprender implica estar dispuesto a la actualización constante de conocimientos, y la adquisición de herramientas que pueden ser implementadas en las diferentes áreas en las que se desenvuelve una persona. 

En tanto, desaprender supone un esfuerzo por dejar de lado conceptos, ideas o metodologías que ya no son útiles o han quedado desfasadas, se trata de abandonar una zona de confort para incursionar en otra más acorde a la actualidad, impulsa a recopilar información nueva y actualizada, así como la implementación de renovadas metodologías, por lo cual conlleva cambios significativos en los individuos. 

La acción de reaprender impulsa a una persona a innovar e inclusive erradicar de manera responsable aquellos conocimientos desactualizados y aprenderlos de manera distinta, conforme a las condiciones y requerimientos actuales presentes en la sociedad. 

Todas estas acciones son fundamentales para dar respuesta y mantenerse a la vanguardia en cuanto a las exigencias actuales vigentes en una sociedad cada vez más globalizada. Promueven en el individuo el desarrollo de competencias útiles para la formación integral y el crecimiento personal y profesional.

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